UN HOMBRE QUE REVOLUCIONA EL SENTIDO DEL STREET ART


El debate sobre los graffitis lleva vigente durante décadas. Hay gente que piensa que es vandalismo y otra que opina que es arte, pero ¿cómo saberlo?. 


Hacer graffitis en sí es algo ilegal, pero a su vez podemos encontrar grandes obras de arte en ellos, algunas incluso llegan a exponerse en galerías y museos. 
Muchos los realizan como forma de denuncia y queja contra la política, incluso otros por el hecho de sentir la adrenalina a la hora de realizarlos sabiendo que va contra las normas. 

Los grafitis por el mero hecho de hacer un rayajo en una pared sintiendo la adrenalina, sin querer expresar ni defender nada con eso, en mi opinión no es arte. En cambio si con ello quieres expresar algo, si este acto tiene un fin puede ser considerado arte, a pesar de seguir siendo un acto ilegal.
Aunque también hay que decir que hay comercios incluso que contratan grafiteros para que decoren sus fachadas o alguna de las paredes de su interior, lo cual llama bastante la atención. 

Este es un debate que va a seguir estando presente durante mucho tiempo. Pero yo quería hablaros de un grafitero que descubrí a través de las redes sociales y el que me parece un verdadero artista, que lleva a cabo una labor muy importante.


Se trata de Cibo, un joven de Verona (Italia), que está revolucionando el sentido del street-art. Este intenta combatir el vandalismo urbano con un arte que algunos consideran también vandalismo. 

Lo que este artista urbano está haciendo es borrar todos los mensajes de odio, símbolos fascistas y nazis, grietas de terremotos,... que se encuentran en su comunidad. Para que estos desaparezcan los tapa pintado sobre ellos comida. De ahí le viene el nombre de Cibo, que en italiano significa "comida". De este modo deja dibujada toda una cultura gastronómica sobre su comunidad, siendo este acto aplaudido y teniendo mucha repercusión en redes sociales.


































Según sus propias palabras él se siente en la obligación de borrar estas cosas, se ocupa de su ciudad y la considera su galería de arte. Piensa que es imposible explicar a un niño un graffiti de una esvástica en la calle, lo ve algo indigno, y por ello realiza esta labor social.

El trabajo de este gran artista a transcendido a su pueblo, llegando a ser reconocido por el gobierno. De este modo lleva su arte de forma educacional a las escuelas de dos puntos diferentes, los objetivos del graffiti y el otro la identidad gastronómica de la ciudad.







Por esto debemos saber y diferenciar los graffitis, ya que pueden ser un arma de vandalismo o una herramienta de ayuda y mejora de las ciudades.

Para más información sobre Cibo visitar su cuenta  de Facebook:

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